
No voy a contar lo normal de un rodaje o las funciones típicas de mi cargo sino aquello más anecdótico, como ya hice en la primera incursión en los largometrajes.
Los estudios de la Ciudad de la Luz cuenta con unos platós acondicionados para facilitar los rodajes. Existe un inhibidor de frecuencias de móvil, para que estos no suenen, y un botón que activa la luz roja de las puertas de entrada a modo de semáforo para evitar que durante las tomas la gente entre o salga del plató. Lo curiosos es que este botón tiene asociado un timbre de un sonido estridente el cual activaba al escuchar la orden de "timbrazo".

Terminar este fin de semana podría suponer la vuelta a la normalidad y a mis clases, pero no, el lunes se inicia el rodaje de otro “film” en Valencia, exactamente en Moncada y Bocairent, para más tarde encerrarnos de nuevo en la Ciudad de la Luz.